Restaurar la vida en los campos nublados
y en los cementerios públicos,
alimentar el roce de los estorninos
con la atmósfera para seguir respirando,
ver desangrarse la tarde
por un cabello incandescente de mujer callada.
Pero todo deja de tener importancia,
cuando la teoría de la supervivencia
rompe la barrera del silencio,
y se convierte en la astucia de un soldado koreano
a punto de violar un jardín de amapolas silvestres,
la ropa íntima en un baúl entre juguetes rotos
o una revolución perdida,
y la misericordia del mundo
pudriéndose en la mirada de un niño
que dejó de sonreír hace ya mucho tiempo.
2 comentarios:
Isaac,.....joderr, que bueno es esto, me acabas de alegrar la mañana...jaja....
Un abrazo, socio.
jajaja gracias sociooo!! que tengas un buen día!!
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