miércoles, 7 de abril de 2010

La Servidumbre

Todo o nada, eso es lo que el señor cantor de voz grabe y acompasada le pidió a su sirviente nada más despertar.

Lo quiero todo, quiero tu alma hecha pedazos por las horas laborales que arrastran tus pezuñas de ciudadano íntimo e insignificante, quiero arrastrar tu alma por los fosos pantanosos de un país maltrecho y agonizante por una guerra nacida un 18 de julio de 1936, quiero desangrar cada segundo de tu tiempo, y hacer perecer la misericordia y el amor, como si de una autopsia se tratase.
Pero si todo esto lo quiero y lo puedo tener…
No quiero nada y no deseo nada.

No hay comentarios: