viernes, 9 de abril de 2010

Todo era amor

Era la mañana de las amapolas y la polinización de los cerezos.
El amor se respiraba por episodios fingidos,
a pesar de todo, todo era amor.
En las ventanas y en los parques,
amor lésbico y ritual, amor de carne, amor tensado,
amor decidido, amor lluvioso, frágil amor,
nuestro amor muerto.
En el sur están tus piernas hundidas y cálidas.
En el norte recojo el maquillaje desprendido de tus ojos.
En el este un icono de mujer hiere mi costado derecho,
y atraviesa ese flujo de furia que nada a veces en los hombros.
Y todo, absolutamente todo, era amor en el oeste.

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