viernes, 9 de abril de 2010

Micronesia

Yo he estado en Micronesia
estúpida botella cambiante,
donde un voyeur cuadrado escapa de un bar pequeño,
y las agendas de playa se ríen de los conejos guerreros,
Su puerto escucha a los solteros de Jerseys templados,
en un sombrío orgasmo que viaja por un corredor de tinta.
Francia bebe de las cartas lloronas,
y un anciano paciente crece como un limón en Marruecos.
Después un ciudadano ornitorrinco siente el añil sucio de los lagos.
El remedio era entonces una mosca con ojos de ranura dormida.
Un sueño de nitrato en habitaciones algo empapeladas.

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